EL CUMPLEAÑOS
Martes, 17 de Diciembre de 2019, para ONG “ENLACE CON LA VIDA Asociación Civil”
Una familia,
quizás como una de las nuestras, en un día caluroso de verano, en una ciudad
como esta, se aprestaba para festejar un cumpleaños muy especial, como aquellos
a los cuales nosotros le damos una relevancia significativa, afectuosa y de
reconocimiento.
Cuidadosamente
prepararon una lista incluyendo a los invitados, teniendo especial cuidado de
no olvidar a aquellos que habían dispuesto que participasen. Aún más, la
repasaron entre varios para no equivocarse.
Se distribuyeron
las distintas tareas entre quienes lo organizaban. Buscaron un lugar adecuado,
amplio, limpio. Lo decoraron y adornaron para esta ocasión tan especial.
Conversaron y decidieron en qué consistiría el lunch, qué bebidas servirían,
quienes servirían a las mesas, y fundamentalmente, ultimaron los detalles del
brindis que realizarían para culminar tan grato momento, homenajeando a quien
cumpliría años.
Destinaron un
lugar para dejar los obsequios, eligieron la música que, según entendían, sería
acorde al momento. Prepararon las mesas y mientras terminaban de poner los
cubiertos comenzaban a llegar los invitados.
Sus rostros
reflejaban alegría. Claro, era un día especial y en medio de la algarabía
depositaban los obsequios que traían. Llegó el momento tan esperado, comenzaron
a cenar festejando este tan esperado cumpleaños, cerrando la puerta del lugar.
Transcurrían las
horas en medio de júbilo, risas, y música. Cuando ya avanzaba la noche, después
de haber cenado, alguien preguntó: ¿Vieron al cumpleañero?
Con asombro unos
y con sonrisas irónicas otros dijeron: ¿Cómo preguntas eso? ¡Allá está! ¡Sí,
allá!, otro respondió. A la mesa principal estaba un hombre sentado que se
destacaba del resto, usaba ropa de pleno invierno, de color muy llamativo,
adornaba su cabeza con un gorro muy especial. Era el centro de atracción, sus
carcajadas muy particulares generaban la simpatía de todos los asistentes,
principalmente los niños se acercaban para besarle, muchos de ellos llevados
por sus padres.
En un momento
otro de los invitados dijo: ¿Qué hace este hombre acá? ¡Hoy es nochebuena y
estamos festejándole el cumpleaños a Jesús! ¿Quién me puede decir dónde está?
Poco a poco cesó el ruido mientras se miraban reconociendo el grave error.
En medio de los
preparativos se olvidaron de decirle a Jesús que querían honrarlo y
homenajearlo, olvidando invitarlo a su cumpleaños. ¡Quien cumplía años no
estaba presente! ¿Quién era entonces ese hombre que había pasado a ser el
centro de la atención de todos? Algunos lo llaman papá Noel y otros Santa
Claus.
Al reunirte en
esta nochebuena o Navidad, con aquellos a quienes amas, para festejar el
nacimiento de Jesús, no te olvides que Él debe ser el centro. Recuerda que sin
Jesús no hay Navidad. Aquel o aquello que lo reemplace ocupará un lugar que no
le corresponde. Comienza este tiempo dándole a Jesús el valor y lugar que
tiene.
Hace más de dos
mil años decidió nacer entre nosotros con el objetivo de reconciliarnos con su
Padre Dios, librándonos así de las consecuencias de nuestros pecados a todos
aquellos que le reconozcamos como el Hijo de Dios y arrepentidos de nuestros
pecados le digamos “¡Jesús perdóname! Reconozco que no merezco tu perdón, pero
te ruego que tengas misericordia de mí”. Haciéndole esta declaración con la
firme decisión de rendir a sus pies nuestro pasado, presente y futuro, y dispuestos
a vivir una vida nueva tomados de su mano, podrás experimentar las grandes
bendiciones que Dios tiene para tu vida.
¡Felicidades! Y
recuerda que: ¡La Verdadera Navidad es con Jesús!
Dr. Rubén Jorge Rodríguez
Doctor Honoris Causa en Divinidad
Doctor of Theology and Pastoral
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